La vida no espera.

Un recordatorio desde la impotencia.

Es lunes y es cyber Monday en Chile y mientras sumo cosas compulsivamente a un carrito de compras para después pulirlo, decido entre la cartera negra o marrón y la cuarta crema hidratante de cara que no necesito, la vida se hace carne. Llega una noticia que no quería recibir. Que nadie quiere recibir.

Que la vida se termina, a veces. Que la vida también se puede terminar.

Y como por arte de magia, la vida y la muerte y el cuerpo y la salud y el amor y lo importante, siempre tienen la capacidad automática de correr velos. Como arte de magia digo, porque menos de un segundo después veo el carrito de compras repleto de estupideces que distraen. Qué adicción tenemos a distraernos. No lo podemos controlar y ahí vamos viviendo un lunes más de nuestra vida como si fuera eterna. Como si hubiera tiempo para ir después por lo que queremos, para después pedir perdón, para después decir que sí, para después tener la conversación, para después irnos de donde no es, para decir después cuánto amamos, para jugárnosla después por la vida que anhelamos.

Después después después, me digo sin decir estúpidamente una y otra vez. Cada día, cada semana.

LA VIDA NO ESPERA. NO SÉ CÓMO MÁS REPETÍRMELO.

A la vida le importa un bledo si tenés la campera que viste en Tik Tok y si te falta una cartera negra o marrón, mucho menos si tu vida es fancy y aesthetic. A tu espíritu le resbala si tenés unos kilos de más o si tu pelo está pajoso. Si ganas 200 dólares más para irte de vacaciones o no. Si sos gerente o analista. Cuántos seguidores te chupan las medias.

Llenamos nuestras mentes de distracciones cada día porque recordarnos que el tiempo es finito es más doloroso de lo que podemos sostener.

Porque saber que este día se va y no vuelve más me enfrenta a las preguntas que no sé siempre responder

Estás viviendo la vida que querés?

Estás amando como corresponde?

Estás siendo buena y presente con los que amás?

Estás rodeada de buenas personas?

Estás haciendo algo que te importe?

Estás haciéndote cargo del sentido de tus días?

Estás cuidándote como corresponde?

Estás abrazando, besando, tocando, diciendo lo suficiente?

Estás agradeciendo?

Estás disfrutando lo realmente importante, lo chiquito, lo que SABÉS que importa?

Estás sacando jugo a la vida que te fue regalada?

La vida no espera. Y no sé cómo más repetírmelo. Sólo ruego al cielo que mis huellas sean amorosas.